«Neorrurales»: reportaje del periódico HOY de 30/09/2012

REGIONAL

LOS NUEVOS VECINOS

30.09.12 – 00:17 – ANTONIO ARMERO | HOY
:: ANDY SOLÉ (Fotos )
::ILUSTRACIÓN M. RIPALDA
  • Los foráneos que se asientan en la región valoran el entorno y se preocupan por mantener las tradiciones antiguas más que los paisanos, según concluyó la UEx
  • Neorrurales y retornados, gente harta de la ciudad, se perfilan como el remedio para el gran problema de la Extremadura rural: la despoblación
Los foráneos que se asientan en la región valoran el entorno y se preocupan por mantener las tradiciones antiguas más que los paisanos, según concluyó la UEx
E l día que nació la sobrina de Vicente, en Pescueza (186 vecinos, a un cuarto de hora en coche de Coria) se armó un jaleo que aún se recuerda. El pueblo salió en los periódicos, en las radios y en las teles. Aquel bebé, ahora una niña de cuatro años, fue la mejor noticia en mucho tiempo. Lara, la hija de Juan Francisco y Almudena, nació el 23 de noviembre de 2007, y aunque en rigor vino al mundo en el hospital de Coria, la sobrina del alcalde fue saludada con tanta algarabía porque era el primer nacimiento en Pescueza desde el 25 de julio de 1991.
En cierto modo, la llegada de aquella criatura supuso para el pueblo un punto de inflexión. En los últimos cinco años, Pescueza ha obrado el milagro que andan buscando en casi todos los pueblos: que el padrón municipal tenga más altas que bajas. Más aún: tras 17 años sin nacimientos, en los últimos cinco ha habido tres, más una adopción. Y si todo va bien, en enero llegará el quinto bebé en cinco años.
LOS NUEVOS VECINOS
Será la hija de María Encinas y Ricardo Sáez, dos neorrurales, o sea, gente de ciudad que decide romper con su modo de vida urbanita e irse a un pueblo. En el caso de María y Ricardo, se trata de dos neorrurales de manual. Ella, bióloga en el Jardín Botánico de Madrid y exprofesora de Zoología y Botánica en la Universidad Europea; él, administrativo, jefe de producción en una factoría que trabajaba para Nokia, y durante unos años responsable de la materia para todos los centros de El Corte Inglés. Tras un par de años dándole vueltas a la idea, decidieron dar el paso, buscaron un pueblo al que irse a vivir y en el que montar un negocio y acabaron en el norte de Cáceres. Gestionan el albergue municipal y desarrollan en él actividades de ocio alternativo y formación en la naturaleza a través de su empresa, a la que en un guiño a Extremadura bautizaron como ‘En las nubex’. Se han integrado tan bien que tienen claro que la niña se criará en Pescueza, un pueblo que ha recuperado la imagen añeja de los chiquillos corriendo por la plaza.
LOS NUEVOS VECINOSUna de las que han devuelto la vida al municipio es la hija de Vicente Gómez, educador social y alcalde socialista desde poco después de abandonar el sacerdocio. Además de un valiente, él es un retornado, o sea, alguien que nació en el pueblo o con familiares del pueblo, y que decide volver tras varios años viviendo fuera. En su caso, se fue con 14 años y regresó con 30. «Estoy convencidísimo -sentencia Vicente- de que el neorruralismo es la única salida posible para evitar el despoblamiento rural». «El 65 por ciento de los habitantes de mi pueblo -argumenta el alcalde- tiene más de 65 años, lo que significa que si no nacen bebés ni vienen nuevos residentes, en unas décadas no habrá vecinos, y sin vecinos no hay pueblo».
La reflexión, un silogismo casi tan evidente como que dos y dos son cuatro, quizás la firmaría el sociólogo José Antonio Pérez Rubio, exdecano de la Facultad de Estudios Empresariales y Turismo de la Universidad de Extremadura (UEx) y coordinador junto a José Luis Gurría de ‘Neorrurales en Extremadura’, editado por la Junta de Extremadura y la UEx en el año 2010. «El neorruralismo -explica- empezó en varias comunidades autónomas españolas en los años sesenta y setenta, con el antecedente de las comunas hippies, pero a Extremadura llegó a finales de los noventa y principios del siglo XX». Hoy es una realidad, un fenómeno incipiente pero al que no conviene perder de vista. Hay neorrurales en toda la región, aunque fundamentalmente en las comarcas del norte. Sólo en Gata y Villuercas, comarcas en las que se centró el estudio que coordinaron Pérez Rubio y Gurría, hay bailarinas de danza, pintores, artistas, periodistas freelance como Paul Richardson -que escribe para la revista ‘Traveler’, de Condé Nast- y muchos ‘cuellos blancos’, término que emplea el estudio para referirse a ejecutivos y empresarios.
LOS NUEVOS VECINOSLa calidad de vida
Por encima de sus profesiones anteriores o actuales, de su procedencia o incluso del lugar concreto que eligieron para su nueva vida, hay un concepto que les iguala, un motivo al que se agarraron como justificación para el cambio. Se llama calidad de vida. «Todos los neorrurales -apunta Pérez Rubio- buscan un atractivo paisajístico, todos tienen una motivación medioambiental, y entre las cosas que les atraen está ser alguien y no un número, como son en la ciudad». Ricardo Sáez, que lo está viviendo en primera persona, lo resume en una frase. «Es que aquí vivimos, somos dueños de nuestro tiempo», dice. «¿Qué me falta aquí que sí tengo en Madrid?», se pregunta en voz alta. Y se responde: «Nada». «Aquí, además, tengo al lado el campo, que es una pasada», añade.
Este concepto del tener o no tener, del tiempo, de la calidad de vida, se comprende bien al escuchar a Mari Luz Solano, nacida en un espigón del barrio de la Barceloneta, en Barcelona, donde vivió hasta los 43 años. Hace once se volvió a Coria para cuidar a su padre enfermo. Y se quedó. «Todavía hoy -cuenta-, mi madre, con ochenta años, alucina cuando decimos ‘Vamos al terreno’, y montamos en el coche y a los dos minutos hemos llegado». En Barcelona, eso significaba una hora de viaje el viernes y dos horas a la vuelta, el domingo, acompañados por el martilleante paisaje de una interminable hilera de coches medio parados.
Mari Luz fue la primera de las tres hermanas Solano en volver al sitio de sus raíces. «Mi hija pequeña se vino conmigo -relata-, y en Barcelona siguen mis otros tres hijos, a los que voy a ver dos veces al año, porque ellos vienen a Coria cada vez que pueden». El cambio de vida supuso perder su trabajo como gercocultora, y ahora está formándose en distintas disciplinas para aumentar sus posibilidades de salir del paro. A la pregunta de si volvería a vivir en Barcelona tarda medio segundo en responder. «Me gusta mucho la ciudad, cada vez que voy me emociono, pero no volvería allí a vivir para nada; aquí soy feliz».
LOS NUEVOS VECINOSDos años después que ella hizo las maletas su hermana Raquel, que responde bien al prototipo de retornada. «Me viene después de pensarlo y pensarlo, y creo que al final, la razón fue que echaba de menos Coria», cuenta la mujer, que regenta una peluquería, en la que mientras pudo empleó a su hermana Mari Luz. «Puedes vivir en Barcelona -reflexiona Raquel- y sentir que la vida que llevas es como si estuvieras en un sitio más pequeño, en un barrio; puedes ir con los niños al parque, pero el parque es pequeño, y aquí mi hijo de doce años se recorre el pueblo entero él solo». Las dos tienen claro que han ganado en calidad de vida, y mencionan a Mercedes, la otra hermana, como la primera que intentó convencerlas para hacer lo que al final hicieron las tres: vivir en el pueblo de los padres, el sitio de los veraneos.
Sus casos ejemplifican un fenómeno difícil de cuantificar a partir de las estadísticas oficiales. Ha conseguido aproximarse a ello Juan Francisco Caro, periodista, experto en emigración extremeña – trabajó en la Secretaría Técnica de Extremeños en el Mundo-, autor del blog extredato (alojado en hoy.es), y que conserva una estupenda recopilación de estadísticas relacionados con la región. Él ha tratado datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) y del IEEX (Instituto de Estadística de Extremadura) y ha concluido que en el periodo 2001-2009, el 18,7 por ciento de los retornados extremeños se asentó en poblaciones de entre 2.000 y 5.000 habitantes; el 13,3 por ciento en localidades de menos de mil vecinos, el 12,9 en las de mil a dos mil empadronados, y el 12,5 en poblaciones de cinco mil a diez mil residentes. En definitiva, 57 de cada 100 retornados extremeños eligieron para su nueva vida un pueblo con menos de diez mil vecinos.
LOS NUEVOS VECINOS
Caro también ha obtenido otro dato: entre el 45 y el 50 por ciento de quienes llegan a Extremadura sin haber nacido en ella eligen poblaciones con menos de diez mil habitantes. Las cifras dejan claro, por tanto, que neorrurales y retornados constituyen un fenómeno especialmente relevante para el ámbito rural.
El pasado mes de agosto, Antonio Pérez Díez, profesor de Geografía en la UEx, explicaba en HOY que al contrario de lo que sucede en las ciudades, en el ámbito rural el saldo migratorio -la diferencia entre los que se van y los que vienen- sigue siendo positivo, aunque de manera muy débil. «Los jóvenes de ahora -reflexiona el sociólogo José Antonio Pérez Rubio- valoran más que las generaciones anteriores la idea de ganar menos dinero pero vivir mejor, y a medida que se ha ido profundizando en la explotación de la mano de obra, incluso en una cierta autoexplotación en el caso de algunos trabajos, se valora más la realización personal, la calidad de vida».
«La ciudad tiene un ritmo que yo no puedo seguir, y sin embargo, en el pueblo el ritmo lo marco yo», cuenta uno de los retornados que figuran entre los testimonios recopilados en ‘Neorrurales de Extremadura’. «Al niño -dice otro-, tú no le digas que vaya a Francia otra vez. Él por lo menos no, aquí tiene una libertad que nunca tuvo antes y que jamás tuvo en Francia, nunca». Otro más asegura que nota que los amigos de Madrid que van a verle llegan «acelerados, y cuando se van están más tranquilos, vienen porque quieren liberar estrés». Entre estos testimonios, recogidos en entrevistas individuales y charlas en grupo con nuevos vecinos de Gata y Villuercas, hay uno que resume gran parte de la cuestión. «La calidad del aire, la calidad del agua, el trato con la gente, su cercanía (.) Para mí eso es calidad de vida. No es calidad de vida tener unos grandes almacenes a cincuenta metros (.) Puedes llamarlo nivel de vida, pero no calidad».
Reflexiones que ayudan a trazar la radiografía de los neorrurales, el grupo que junto a los retornados, empieza a perfilarse como un posible remedio al mayor de los males que padecen las zonas rurales: la despoblación. Una esperanza sustentada por gente mayoritariamente de entre 36 y 45 años, más de la mitad de ellos con estudios universitarios y con un bagaje laboral amplio, según el perfil trazado en ‘Neorrurales en Extremadura’.
Gente de ciudad que se ha hartado de la ciudad. Y que en los pueblos está más cerca de la felicidad. Lo recuerdan bien los neorrurales de Pescueza. «El primer día que llegamos al pueblo, la gente nos trató tan bien que pensábamos que en algún sitio había una cámara oculta», recuerda María Encinas, embarazadísima de su primera hija. Si todo va bien, nacerá en enero. Y ese día, Pescueza habrá vuelto a obrar el milagro del padrón municipal: ya no serán 186, sino 187.
Entre los extremeños que emigraron a Andalucía, Cataluña, País Vasco o Madrid, son estos últimos los que más apego sienten hacia su tierra. Les siguen los que están en el País Vasco. Esta es una de las conclusiones que figura en ‘Turistas paisanos, retornados y mayores. Tres categorías a tener en cuenta en el futuro de las comunidades rurales’, el último estudio que ha coordinado José Antonio Pérez Rubio, al frente del grupo de investigación Delsos (Desarrollo Rural y Sostenible), integrado por Yolanda García, Ana Hernández, Óscar Muñoz, Ana Nieto, José M. Sánchez y Marcelo Sánchez-Oro.
El informe, aún por publicar, explica que, según sus encuestas, el 62% de los extremeños que se fueron considera que su tierra es un buen sitio para vivir pero no estaría dispuesto a instalarse en ella, aunque el 66 por ciento aconsejaría a sus descendientes que regresaran a Extremadura si mejoraran las condiciones.

La Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura propone la medalla de la Comunidad al catedrático Tomás Calvo Buezas

La Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura propone la medalla de la Comunidad al catedrático Tomás Calvo Buezas

15/07/2012 11:28 | lainformacion.com
La Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura (ACISE) ha propuesto por segundo año para la Medalla de la Comunidad al catedrático emérito de Antropología Social Tomás Calvo Buezas (Tornavacas 1936) por su «constante lucha» por la «justicia» desde sus años en Trujillo (1959-1963).

MÉRIDA, 15 (EUROPA PRESS)

La Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura (ACISE) ha propuesto por segundo año para la Medalla de la Comunidad al catedrático emérito de Antropología Social Tomás Calvo Buezas (Tornavacas 1936) por su «constante lucha» por la «justicia» desde sus años en Trujillo (1959-1963).

En nota de prensa, e l colectivo ha destacado la labor desempeñada por Calvo Buezas también durante sus nueve años de residencia en América Latina y en Estados Unidos, y posteriormente como catedrático de Antropología en la Fundación del Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo en la UCM, siendo «pionero en la lucha contra el racismo y solidaridad con los inmigrantes y desprotegidos».

La asociación ha resaltado igualmente que durante toda su vida profesional en América y Europa el citado catedrático «ha portado siempre con orgullo el nombre de Extremadura».

Conferencia organizada por nuestro compañero Eusebio Medina a través de GESSA

cartel de la jornada frontex-acise

cartel de la jornada

Estimados Colegas

Nos complace poder invitaros a la la conferencia que han organizado, sobre FRONTERAS, nuesto colega Eusebio Medina a través del Grupo de Investigación de la UEX GESSA que se celebrará el dia 25 en la Facultad de Derecho (se adjunta el cartel).

Estamos convencido de que será una magnifica oportunidad para entre en contacto con todos aquellos que están interesados en un desarrollo profesional en este ámbito de investigación.

Marcelo Sánchez-Oro Sánchez
Presidente de la Asociación de Ciencias Sociales de Extremadura (ACISE)
Prof. de sociología de la Universidad de Extremadura
Facultad de Empresariales y Turismo (Cáceres)

Vente a Alemania, ingeniero Pepe

Vente a Alemania, ingeniero Pepe

El anuncio de Angela Merkel de contratar jóvenes cualificados ha destapado viejos recuerdos de las corrientes migratorias – ¿Puede permitirse una España que tiene que salir de la crisis perder a la población mejor formada?

DOS GENERACIONES CON UN MISMO DESTINO

Jesús Laurido (sentado) emigró a Alemania en 1961. Tenía 18 años y acababa de perder su trabajo como contable en España. A su lado, de pie, Diego Ruiz del Árbol (30 años), se instaló en Berlín en 2007.

FUENTE: TOMADO DE «EL PAIS» 30/01/2011 http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Vente/Alemania/ingeniero/Pepe/elpepisoc/20110130elpepisoc_1/Tes

30/01/2011

Madrid, mayo de 1961. Jesús Laurido, 18 años, acaba de terminar su formación de contable y de perder su primer trabajo. Tiene un contacto con un empleado en la oficina de inmigración que le cuenta que en el exterior hay posibilidades. Es joven y tiene ganas de aventura, da igual a donde le manden.

En Kassel, Alemania, la empresa AEG de energía eléctrica necesita trabajadores invitados. Laurido se va solo, en tren de Madrid a Hendaya, de Hendaya a Colonia, y de Colonia en autobús llega a Kassel. Lo asignan a una residencia donde hay otros 530 españoles. Más tarde vivirá en Berlín tanto la construcción como la caída del muro.

El 19% de los licenciados entre 19 y 25 años está en el paro

110.000 personas han emigrado en 12 meses para buscar trabajo

Madrid, Junio de 2007. Diego Ruiz del Árbol, 27 años, un título de ingeniero informático, desarrolla software para el control del tráfico aéreo para la empresa Indra, pero no está satisfecho con las condiciones y el ambiente de trabajo. Una beca Erasmus en Praga le ha abierto las miras acerca de la vida en el exterior. Quiere volver a hacerlo. Encuentra trabajo en Berlín, como desarrollador de software para juegos. Un mejor sueldo y la perspectiva de otra vida lo empujan hacia una experiencia en Alemania. «Quizás solo por dos o tres años», se dice a sí mismo.

Medio siglo después, los españoles vuelven a emigrar a Alemania, aunque sus historias son radicalmente distintas. La realidad de España ha dado un vuelco desde aquellos años de hambre que empujaron a más de dos millones de personas a buscarse la vida en Europa sin más aval que las ganas de trabajar y sus manos.

Los nuevos emigrantes españoles han estudiado. Y mucho. Saben idiomas, han viajado, han vivido la experiencia de una beca Erasmus. Pero en España tienen dificultades para encontrar un empleo acorde a su formación.

El 19% de los licenciados de entre 25 y 29 años está en el paro. Un 44% desempeña un trabajo por debajo de su cualificación (según la OCDE). Y sus sueldos están a la cola de Europa. Emigran para buscar un empleo que cumpla sus expectativas, para mejorar su situación laboral y sus perspectivas. Y la locomotora de Europa -Alemania- sigue siendo uno de sus destinos preferidos.

La crisis ha alejado de España a 110.000 personas entre abril de 2008 y abril de 2010, según un estudio de Adecco, lo que supone un aumento de un 9,2% en el número de españoles que residen en el extranjero (1.333.693 personas). El perfil del demandante de empleo en el extranjero es un hombre de entre 25 y 35 años, altamente cualificado: ingeniero, arquitecto, informático.

A ellos se dirige precisamente ahora la canciller alemana Angela Merkel. Según adelantaba el semanario Der Spiegel, Merkel tiene intención de contratar a jóvenes cualificados del sur y este de Europa para dar respuesta a las necesidades del mercado alemán. Es uno de los puntos que la canciller pretende tratar con Rodríguez Zapatero durante la próxima cumbre hispano-germana, que se celebra en Madrid el jueves que viene.

A priori, la propuesta suena beneficiosa para ambos países. Mientras que España ostenta el triste récord de desempleo en Europa, Alemania prevé reducir este año el paro del 7,7% al 7% y crecer un 2,3%. Para ello, necesita entre 500.000 y 800.000 trabajadores cualificados.

Klaus Zimmerman, presidente del Instituto Alemán de Economía (DIW) lanzó la alarma en octubre. El progresivo envejecimiento de la población alemana no podrá dar respuesta al crecimiento económico del país. «A partir de 2015 perderemos cada año 250.000 trabajadores», dice. «Necesitamos urgentemente trabajadores inmigrantes, como mínimo 500.000 al año para asegurar nuestra economía».

De momento, se desconocen los detalles de la posible propuesta de Merkel. ¿Será necesario dominar el alemán para acceder a estos puestos? Los contratos, ¿serán temporales o indefinidos? Y el proceso de selección, ¿se hará en Alemania o desde España?

Tampoco ha trascendido las profesiones a las que se dirige, pero teniendo en cuenta el peso de la industria en el mercado alemán, es posible que las ingenierías sean las carreras más solicitadas. En diciembre de 2010 faltaban en Alemania 48.800 puestos de ingeniero por cubrir, según estimaciones de la Asociación de Ingenieros Alemanes. «Unos 53.000 ingenieros se licencian al año en Alemania y se jubilan otros 50.000», explica Tanja Schuman, portavoz de la asociación. «En teoría esto supone un equilibrio, pero no lo es porque no todos los que se licencian se quedan en Alemania y se ponen a trabajar».

Los jóvenes ingenieros españoles están entre quienes menos sufren el paro. Diversas estimaciones hablan de una tasa de desempleo del 10% (frente a un 3% o un 5% hace tres años). Pero la posibilidad de tener un buen empleo no es el único atractivo de trabajar en Alemania. También lo es el sueldo de salida de un joven ingeniero. Mientras que en España lo normal es estrenarse con 25.000 o 30.000 euros al año, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales, en Alemania llegan a los 40.000 o 45.000 euros, según la Asociación de Ingenieros Alemanes.

Pero, ¿qué efectos puede tener una fuga de cerebros de este tipo para una España que necesita ser más competitiva para salir de la crisis? Santos Ruesga, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma, cree que pocos: «Si la propuesta finalmente se materializa no creo que se note mucho cuantitativamente, y por desgracia tampoco va a aliviar nuestras enormes tasas de paro, cuyo mayor problema es la mano de obra menos cualificada. Eso sí, visto a pequeña escala, para los jóvenes licenciados que acaban de terminar una carrera sí supone un beneficio importante».

José García-Montalvo, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra, lo analiza desde un punto de vista pragmático: «España es un caso especial, porque produce mucho capital humano pero lo usa de forma ineficiente.

La sobrecualificación de los jóvenes españoles duplica la media europea, y si no encuentran trabajo es mucho mejor irse a Alemania o a Reino Unido a trabajar de lo suyo que la frustración de quedarse y ver que van pasando los meses y nada. Además, la gente que se pasa mucho tiempo trabajando en un empleo por debajo de cualificación lo acaba aceptado como algo natural. Es un mecanismo psicológico muy sencillo y pernicioso por el que vas adaptando tus expectativas a la baja. Saliendo fuera y probando otras cosas se puede evitar».

Carlos Conde, Vicerrector de Ordenación Académica y Planificación Estratégica de la Universidad Politécnica de Madrid, espera que la fuga dure poco y que los ingenieros que se sumen a ella, vuelvan, pues «en el medio plazo, España volverá a necesitarlos. Estamos atravesando una mala coyuntura, pero cuando se remonte, el país va a necesitar a los jóvenes cualificados».

En regresar no es precisamente en lo que está pensando Diego Ruiz del Árbol. Tiene una casa nueva y está esperando a su primer hijo. «Mi decisión de venirme a Alemania no fue laboral, fue más bien una decisión vital», relata. «Luego encontré aquí mejores condiciones de trabajo. Gano unos 3.700 euros brutos (2.000 netos) al mes en una empresa alemana que buscaba una persona que hablara castellano para su mercado en España», dice este ingeniero que en su tiempo libre es redactor de berlunes.com, una plataforma de blogueros españoles. «Me siento un poco como si me hubiera tocado la lotería, porque en Berlín también hay paro y los sueldos son más bajos que en el resto de Alemania».

Desde la experiencia de los años, Laurido aconseja prudencia: «Veo a muchos jóvenes que llegan sin tener idea, sin conocer la ciudad, ni el idioma. ¡Ojo, que aquí también hay paro!». El septagenario disfruta ahora de su jubilación y asiste a otros españoles mayores que lo necesitan dentro de la organización Solidaridad sin Fronteras. «Cuando yo llegué a Berlín se estaba construyendo el muro, las fábricas del oeste necesitaban trabajadores», continúa. «Había trabajo en cada esquina. Ahora la situación es distinta: los que llegan están más preparados, los tipos de trabajos que se ofrecen son más cualificados, pero no está todo tan fácil como entonces».

Una buena oportunidad, pero que regresen

– El Consejo General de Ingenieros Industriales calcula que el sector tiene un paro «rotacional» del 5%. «Es una alegría que Merkel quiera ingenieros e ingenieros industriales españoles. Las escuelas de ingeniería españolas han educado maravillosamente a los estudiantes», dice el presidente del Consejo, Javier Cobo. Eso sí, «sería una pena que en este país haya expertos en mejorar la productividad y la competitividad y se tengan que marchar».

– Tecniberia (Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos). José Luis González Vallvé, presidente de esta asociación que une a 300 empresas, señala que hasta ahora el sector tenía poco paro, sobre el 5%, pero que desde mediados del año pasado ha crecido hasta el 10%. Las «4.000 o 5.000» ofertas para ingenieros que antes se registraban en los portales de empleo se han reducido a unas 1.500, «y más del 90% son para el exterior». Valora «positivamente» la propuesta de Merkel, siempre que no se convierta en una «fuga de cerebros» de profesionales que no regresen.

– Desde el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos consideran que si Alemania piensa contratar ingenieros españoles es porque este sector tiene «buena imagen». Edelmiro Rúa, presidente del organismo, apunta que «para los españoles tiene ventajas esta oferta porque ahora comienza a haber problemas para encontrar trabajo. Además, pueden perfeccionar un idioma y trabajar con tecnología punta como la que tienen los alemanes». No todo es positivo: «Si los profesionales se van fuera, pierde la ingeniería española».

– Manuel Acero, presidente del Instituto de la Ingeniería, comparte la idea de que si los ingenieros acaban marchándose de España se pierde su valor añadido de «necesario para que seamos competitivos». «Desde el punto de vista pragmático», añade, «está bien porque hay gente parada, dado que el país no tiene ya tanto volumen de negocio y ha habido una bajada de proyectos, pero es nefasto para el país porque se descapitaliza tecnológicamente».

– Jacinto Corrales, presidente del Colegio de Ingenieros Superiores Informáticos, también comparte esta doble visión: «Por un lado, más vale un trabajo acorde a tu perfil que nada. España está además peor pagada que otros países. Pero es que prescindamos de estos talentos con el coste que supone formar a estos profesionales para el país», explica.

– Eugenio Fontán, decano-presidente del Colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones, apunta que desde hace 10 años una corriente de ingenieros se están yendo al extranjero, a países como Alemania, Reino Unido, Francia o Estados Unidos, emigración que está aumentando en los últimos años por «las condiciones laborales mediocres».

– El Colegio de Ingenieros Aeronáuticos de España apunta que este colectivo ha tenido hasta hace poco casi pleno empleo, si bien con la crisis hay cierto empeoramiento. «Valoramos la iniciativa positivamente, aunque sería deseable que nuestros profesionales no tuvieran que buscar trabajo en otros lugares», apunta su decano.

– Xoan Xosé Fernández, delegado de alumnos de Ingeniería Aeronáutica, opina que en Alemania habrá proyectos interesantes, pues la inversión es mayor que en España. «Si ellos tienen plazas que no están cubiertas y aquí hay gente formada y en paro, ¿por qué no brindarles la oportunidad?».

ADHESIONES A LA CANDIDATURA DE ACISE PARA LA MEDALLA DE EXTREMADURA A TOMÁS CALVO BUEZAS

Estimados/as amigos/as

Hemos realizado ya el mailing recabando apoyos par la Candidtura de TCB, la última recibida es la del Ateneo de Arroyo de la Luz, gracias a los buenos oficios de nuestro amigo Vicente Ramos. Periodicamente iremos informado de las organizaciones que se van sumando, el listado por ahor es el que sigue.

ENTIDAD REGION PAIS
ATENEO DE CÁCERES EXTREMADURA ESPAÑA
CONSUL GENERAL DE ESPAÑA HOUSTON (TEXAS) EE. UU.
Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo INDICES GUATEMALA GUATEMALA
Centro de Estdios Demográficos, Urbanos y Ambientales MÉXICO D.F. MEXICO
Middle States Commission o Higher Education PENNSYLVANIA (Philadelphia) EE. UU.
Grupo de Investigación Estudios Sociales Aplicados (GESSA) Univ. Extre. EXTREMADURA ESPAÑA
Grupo de Investigación Desarrollo Local Sostenible (DELSOS) Univ. Extre. EXTREMADURA ESPAÑA
ATENEO CULTURAL Y SOCIAL DE ARROYO DE LA LUZ
EXTREMADURA ESPAÑA

Marcelo Sánchez-Oro Sánchez e Ignacio Urquijo Valdivielso (Comisionado Candidatura TCB)

http://tomascalvobuezas.blogspot.com/